1 de septiembre de 2017

Prólogo de la muestra "Lo Blanco" por Miguel Ronsino

Lo blanco como concepto
En las obras de Malena Pire

A simple vista, podría decirse que en las obras de Malena Pire el blanco manda. Pero si lo hiciéramos, estaríamos afirmando algo erróneamente. En estas obras, la orden de hacer jugar al blanco en un primer plano viene de abajo: de la cantidad de pequeños elementos que integran el suelo de un territorio sin nombre -piñones, cadenas de bicicleta, tornillos, tachas, clavos, perlas de plástico, resortes, mecanismos de relojería, etc.- y de las marcas trazadas por la artista sobre la tela en plan de organizarlos.

Ahora, la artista manda. Con rigor y fina sensibilidad, Malena traza todo en dibujos que son los que guían el resto de la tarea. Así, una vez organizados, los pequeños elementos (como si de alguna alquimia se tratase) saltan sobre sí mismos, desprendiéndose de su origen y de su historia y, ya transformados, se abren en la configuración de composiciones que potencian el nuevo y rico sustrato que crean, fundiéndose (entre sí y con el blanco) en un rito de íntima unión. Entonces todo lo unido se emancipa formando una zona finísima y posible.

Ahora la obra manda, abriendo una especie de grieta entre mundos; zona que pare un recorte de patria para la mirada, donde lo blanco se instala como concepto.

Ahora lo Blanco manda. Y, saltando de la tela al papel, del papel al metal, del metal a la tela, se resignifica; se hace y rehace, en cada mirada, una y otra vez. Se hece y rehace para aparecer nombrándose en el brilo de la plata blanca pulida o en el blanco del papel o en la sombra de grafito plateado y brillante.

Entonces para poder ver el paisaje entre mundos que propone, hay que mirar con ojos sin reservas. Hay que mirarlas desde nuestro íntimo y recóndito blamco: ese punto improbable en el que hecha raíz un susurro.


Miguel Ronsino
2017  

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